Delegación Brasileña: Mariana Monteiro Crespo Resumen

El objetivo principal de este artículo es destacar la importancia de la participación de Brasil en el ámbito internacional, especialmente en lo que se refiere a su presencia activa en las discusiones relacionadas con el tema de la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. En otras palabras, esta publicación explica de manera didáctica las características generales de Brasil y su postura frente a los compromisos asumidos con varias naciones sobre la implementación de acciones y políticas para reducir el daño ambiental. En este sentido, el texto destaca no sólo el potencial existente en el territorio brasileño en términos de ecosistemas y recursos naturales, sino también los detalles de estas acciones y las políticas establecidas por el país en los acuerdos internacionales y también las acciones voluntarias en los desafíos globales para promover el desarrollo sostenible a través de medidas para la restauración de las áreas verdes y el control efectivo de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Introducción

Como la gran mayoría de los países del mundo, Brasil es una nación que viene enfrentando crecientes amenazas a la preservación del medio ambiente, así, el cambio climático en la forma de aumento acelerado de la temperatura global, asegura traer consigo, impactos negativos en cuanto a la garantía de una calidad de vida saludable para las generaciones presentes y futuras del país. En este sentido, y como señala Warren Dean, con la adopción de nuevos métodos y procedimientos de agricultura, la interacción entre el hombre y el bosque se ha vuelto intensa y perjudicial (WARREN DEAN, 1997). En otras palabras, la tala de bosques tropicales y la quema excesiva de combustibles fósiles están afectando cada vez más al clima y a la temperatura de la Tierra.

Caracterizado por su privilegiada biodiversidad, el vasto territorio brasileño incluye una de las principales selvas tropicales del mundo: la Amazonia. Así como, la Mata Atlántica y el Pantanal, que también son referencias de grandes extensiones de bosques tropicales en el país, hogar de numerosas especies en peligro de extinción y un rico bioma que garantiza buena parte del abastecimiento económico nacional a partir de una multitud de recursos naturales como agua, madera, materias primas y otros. La gran extensión territorial de Brasil y su variedad de tipos climáticos son factores que justifican que el país albergue la mayor biodiversidad del mundo. Según los especialistas, Brasil es líder en diversidad biológica, ya que posee más de 50.000 especies diferentes de flora, lo que significa que es la nación con mayor variedad de orquídeas y otros tipos de plantas del mundo (ICLEI, 2021). 

No obstante, Brasil debe realizar esfuerzos constantes en la lucha contra la explotación ilegal de estas regiones. En este contexto, el cambio climático acelerado causado especialmente por la falta de eficiencia en la preservación de los bosques y el control de la contaminación, generan una serie de impactos negativos y en grandes proporciones a la sociedad, haciendo vulnerable la salud y comprometiendo el aumento de la esperanza de vida de la población. Esto requiere una rápida adaptación de las personas que deben afrontar las consecuencias de los constantes aumentos de temperatura.

Según los especialistas del Panel Brasileño sobre el Cambio Climático (PBMC), Brasil está sujeto a sufrir un aumento medio de la temperatura de entre el 1% y el 6% hasta el año 2100. Dicho esto, se entiende que este cambio climático conlleva oportunidades a largo plazo para la sociedad, como la reducción de la calidad y la longevidad de la vida humana. Así, se destaca la importancia de las inversiones en la investigación y los avances necesarios por parte de los gobiernos e instituciones, de cara a la mitigación y lucha contra el cambio climático en Brasil y en el mundo. Mientras que también se extiende en el entorno social, la necesidad de la formación de una conciencia ecológica.

Brasil en el Escenario Internacional – Cuestión del Cambio Climático

La creciente preocupación mundial por las cuestiones relacionadas con la preservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible de las naciones ha fomentado la aparición de grupos y ONG’s que tratan de establecer el compromiso de las naciones con la sostenibilidad mediante acuerdos y tratados internacionales. Así, el Brasil como nación que defiende el diálogo y las soluciones para las cuestiones mundiales, tiene una participación efectiva en los tratados y acuerdos globales. Así como los países vecinos que también se presentan como naciones muy abiertas a las discusiones sobre las soluciones al problema del cambio climático, es decir, Argentina, Uruguay y otras potencias como China, Rusia y Estados Unidos. A modo de ejemplo, y de acuerdo con los datos facilitados por el Ministerio de Asuntos Exteriores, Brasil forma parte de varios acuerdos y tratados internacionales, especialmente en lo que respecta a las cuestiones de preservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, además de participar en varios proyectos y convenciones sobre el tema. 

Participación de Brasil en tratados internacionales y actualización de la agenda climática

El Acuerdo de París firmado por Brasil en 2015 y el Tratado Ambiental de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) son uno de los principales acuerdos de los que Brasil es signatario y participante efectivo en las discusiones globales sobre las soluciones a las cuestiones ambientales y el establecimiento de metas, que tienen como objetivo, entre otros, controlar la emisión de contaminantes en la atmósfera y practicar una agenda climática a favor de las acciones de sostenibilidad y reforestación.

También es importante destacar que recientemente y aún en pleno año 2022, Brasil actualizó las directrices de la agenda climática del país, y entre las principales metas a ejecutar a través del desarrollo de políticas públicas, se destaca la actualización de su documento de Contribución Nacionalmente Determinada (NDC) deliberado en el acuerdo de París, estableciendo el compromiso de reducir el 50% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. Además, se propone acabar con la deforestación ilegal para 2028 y restaurar 18 millones de hectáreas de bosques en los próximos 10 años.

Políticas brasileñas de lucha contra el cambio climático y las emisiones de gases de efecto invernadero

En este contexto, Brasil se esfuerza por desarrollar y aplicar importantes acciones y políticas de lucha contra el cambio climático. En cuanto a las medidas de reforestación, destaca, por ejemplo, la política del Planaveg (Plan Nacional de Recuperación de la Vegetación Autóctona). Este plan estratégico surgió en función de la comprensión del gobierno brasileño, especialmente por parte del Ministerio de Medio Ambiente del país, sobre las acciones y políticas exitosas adoptadas en todo el mundo para combatir el cambio climático. Así, el Planaveg actúa en conjunto con otras políticas públicas adoptadas en el país, con el objetivo de promover una economía sostenible y también reforzar su papel en el escenario internacional, como país a favor de las políticas de recuperación de bosques y ecosistemas.

El principal objetivo de la política Planaveg es establecer incentivos para las buenas prácticas ganaderas y reforzar las políticas públicas para la recuperación de la vegetación autóctona de al menos 18 millones de hectáreas para 2030. Por lo tanto, las medidas de recuperación de la vegetación autóctona, que se dan en las zonas ambientales degradadas, también se dan especialmente en las Áreas de Preservación Permanente (APP) y en la Reserva Legal (RL). Por lo tanto, por medio de las acciones de recuperación de las áreas verdes, es correcto afirmar que los impactos positivos se sentirán directamente en la esfera de la conservación de la biodiversidad brasileña y del mantenimiento del equilibrio climático, contribuyendo fuertemente al cumplimiento de las metas nacionales relativas al combate al cambio climático y a la reducción de los gases de efecto invernadero. 

En cuanto a la aplicación de políticas de lucha contra el cambio climático, la Política Nacional de Cambio Climático (PNMC) es también una de las principales políticas adoptadas por Brasil en este sentido. Instituida por la ley 12.187/2009, esta política brasileña orienta las acciones dirigidas a promover la estabilización de las emisiones de gases de efecto invernadero y las acciones que tratan la adaptación de la población. En este sentido, se entiende que la PNMC asume importantes compromisos, como los explicados anteriormente sobre la reducción de gases de efecto invernadero. Para ello, y según ha puesto de manifiesto la Coordinación General de Medio Ambiente de Brasil (2022), el gobierno ha estado estudiando la posibilidad de aplicar impuestos sobre las emisiones de carbono y sus efectos sobre el medio ambiente, con el objetivo de alcanzar las metas de reducción de gases, tal y como se prometió en la última actualización de la agenda climática del país.

Además, es interesante destacar que la Política Nacional de Cambio Climático trajo en mayo de 2022 un nuevo decreto de regulación, esperado por los especialistas y otros interesados en el tema desde 2009, cuando se instituyó la PNMC. La nueva normativa Decreto N° 11.075- trae, por tanto, procedimientos para la elaboración de planes de mitigación del cambio climático y crea el Sistema Nacional de Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

A modo de ejemplo, el nuevo reglamento establece directrices sobre el innovador mercado regulado de carbono, que a su vez funciona para promover la exportación de créditos y unidades de carbono a países y empresas, con el fin de compensar sus respectivas emisiones, contribuyendo así a que estas naciones puedan cumplir con sus objetivos de neutralidad de carbono. La nueva normativa se propone, por tanto, beneficiar el avance de la economía en Brasil y, al mismo tiempo, se preocupa por actuar para combatir la cuestión del cambio climático en el país y en el mundo.

Consideraciones finales

Por último, y debido a su gran patrimonio natural, Brasil es un país importante en el escenario mundial en cuanto a su participación efectiva en los compromisos y tratados internacionales con varios países en relación con las acciones y políticas de lucha contra el cambio climático y la recuperación de áreas y vegetación autóctona. En este contexto, se entiende que es fundamental la importancia de estudiar e invertir en técnicas que permitan controlar y reducir las acciones negativas sobre el medio ambiente. Una vez que, los cambios en las condiciones climáticas se producen especialmente debido al aumento de la temperatura en la superficie, promovido también, por la acumulación de emisión de gases de efecto invernadero en la atmósfera de la tierra. A su vez, estas emisiones de gases aumentan, de forma recurrente y a gran escala, ya que la mayoría de las actividades económicas de las naciones implican la emisión de dióxido de carbono.

Dicho esto, además de la necesidad de la recuperación de la vegetación, las medidas y políticas de reforestación y el control de las emisiones de gases de efecto invernadero, también es necesario promover y fomentar una cultura de la sostenibilidad en el entorno social, ya que la conciencia ecológica contribuye directamente a un futuro más saludable para todos. En este sentido, Brasil es una referencia en el sistema internacional como nación que se preocupa por el desarrollo económico aliado a una cultura sostenible de recuperación y preservación del ecosistema.

Así lo demuestra la transparencia de la agenda climática del país y sus frecuentes actualizaciones de objetivos y compromisos, con el fin de acelerar los resultados en la lucha contra el cambio climático y reducir los posibles daños al medio ambiente y a la sociedad a largo plazo. Además de los acuerdos y tratados internacionales firmados por Brasil como el Acuerdo de París y el Tratado Ambiental de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también existen contribuciones voluntarias del gobierno federal para complementar la participación efectiva del país en la agenda internacional sobre el cambio climático. Por ejemplo, con el objetivo de convertirse en líder en la restauración de áreas verdes degradadas, Brasil ha anunciado su participación voluntaria en los desafíos lanzados por los países vecinos en cuanto a objetivos y acciones en el campo de la reforestación, a saber, el Desafío de Bonn, como se explica a continuación. (WRI BRASIL, 2020).

En el caso del llamado Desafío Boon, lanzado en 2011 por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), Brasil, que ha asumido importantes compromisos en el ámbito de la reforestación, refuerza en su ámbito interno y también externo, la urgente necesidad de adoptar prácticas para el buen uso de la tierra, el desarrollo de metodologías de gestión eficiente, especialmente por parte de las empresas que operan en la fuerte emisión de gases de efecto invernadero y el aumento de la productividad siempre unido a la conciencia de la preservación del medio ambiente.

Bibliografía

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